Blog de un aficionado al vino. Un paseo simple a través de mis aficiones, un punto de vista personal en un instante determinado. Siempre dispuesto a aprender, disfrutar y compartir.

sábado, 19 de diciembre de 2015

París y el vino natural forman una buena pareja: Le Baratin, Le Grand 8... (5ª parte)



En anteriores artículos hemos comentado diversos locales dedicados al vino natural en varios de los distritos parisinos, tanto en la rive droite como en la rive gauche del Sena. En esta ocasión, nos adentramos en otros importantes distritos de la ciudad de los que también hay cosas que contar dentro del panorama de los vinos naturales. Así, el 9º (Ópera), el 18º (Montmartre), el 19º (Buttes-Chaumont) o el 20º, en el barrio de Belleville.

Le Baratin (20ème arrondissement)

Norteamericanos, canadienses, japoneses y cualquier gran aficionado al vino natural, vino de pequeño productor, vino artesanal, tiene una dirección imprescindible en su visita a París, en el barrio de Belleville se encuentra el bistrot Le Baratin, toda una institución llevada por la agradable Raquel Carena y su marido Philippe Pinoteau desde hace más de 25 años. Se localiza en la rue Jouye-Rouve, una bocacalle de la rue de Belleville.


En esta ocasión acudimos un mediodía. Menú a buen precio. Platos característicos de la casa: langue de veau vinaigrette aux herbes, salade d'oreilles et pied de porc, ragout de maigre (corvina) de Saint-Jean-de-Luz, compotée rhubarbe et fraises...

Decidimos beber por copas, primero tres vinos que no conocía y después dos más conocidos pero que bebería durante toda una vida.

Empezamos con Pinot Blanc Bergheim 2013 de Sylvie Spielmann (Alsace), Primitif 2013 de Giachino (Savoie) y el pétillant naturel Melaric Globules Rosés (cabernet franc de la zona del Loira). Me gustó el pinot blanc cuando empezó a abrirse sutilmente, estaba demasiado frío. Los vinos de Savoie, éste de 9% de graduación, cada vez me atraen más. Los pet'nats bien hechos son una de mis debilidades.

 

Seguimos con Nulle Part Ailleurs 2014 de L'Anglore, Eric Pfifferling, y Le Clos Fleurie 2014 de Jean-Louis Dutraive, del Domaine de la Grand'Cour. Sin comentarios. Terminamos con un dulce, de Sclavus, Muscat de Céphalonie 2013.

Le Baratin sigue siendo Le Baratin.

Quedubon (19ème)


A un paso del bello parque Buttes-Chaumont y no lejos de Le Baratin se encuentra desde hace 8 años este restaurante, en la rue du Plateau. Tienen una enorme pizarra que hace de carta de vinos y un menú, à midi, muy económico para ser París. Conocía bastantes de los vinos, de Tissot, Binner, Karim Vionnet, Sylvie Spielmann... A 8€ menos si compras la botella para llevar. De todas formas, mi primera elección fue desaconsejada, a pesar de mis ganas no me recomendaban en absoluto la añada 2001 del Genèse Blanc de Caillard. Esto me dejó bastante desconcertado. Finalmente, los platos ya estaban saliendo, opté por un chardonnay de Rateau. Servido en decantador, recuerdo probar algún vino de Rateau hace años en Le Baratin que me gustó bastante. Sin embargo, éste no me emocionó, fue el vino más clásico de todo el viaje, eso sí, limpio, correcto y compaginó con el Carrelet au Beurre Blanc, un plato sencillo que me gustó especialmente.


Autour d'un verre (9ème)

Acudimos un mediodía. Rue de Trévise. Aunque su aspecto a primera vista nos pareció un poco cutre, fue una impresión totalmente errónea. Es un local nada pretencioso, muy sencillo, sans chichis. Estuvimos bien atendidos y comimos y bebimos cojonudamente bien. De la pizarra con el menú entré+plat a solo 16€ elegimos la ensalada de tomates y una receta de origen nórdico, skagen, eso de primeros; saucisse y magret de canard (rosé de cocción) de segundos. De guarnición, puré de patata casero. Platos que llenaban y que en un día algo lluvioso nos sentaron de maravilla. No nos perdimos el postre, ni muchos menos, fondant de chocolate, maison (casero).


Respecto al vino, en botella, ofrecen 3 tintos y 3 blancos. Me quedé con la garnacha de Jolly Ferriol, Rue de la Soif, Le Vin des Gueux. Perfecta con la comida. El resto de vinos también valía la pena: un tinto de Thierry Navarre, blanco de Puzelat, otro de Benoit Courault...


Como no habíamos terminado la botella de vino nos cobraron solo como si hubiéramos bebido unas copas para que nos saliera más barato. Más de media botella y a un precio fantástico.

No entiendo que este bistrot esté vacío y el chino de enfrente lleno, al parecer por la noche hay más ambiente. También ocurre que el restaurante chino aunque parezca increíble aún es más barato. En fin.

Pratz (9ème)


En la rue Jean-Baptiste Pigalle, cerca de la Place Pigalle, encontramos esta cave à manger donde podemos comprar sus productos de épicerie fine o consumirlos sur place junto a un vino natural de su tienda, un pequeño local todo en uno.

En nuestro caso fue una mini cena a base de un par de bruschettas y una botella, Le Rouzé 2012 de Didier Chaffardon, vigneron instalado muy cerca de Angers cuyos vinos descubrí este año en un viaje por la zona. Desde entonces, cada vez que encuentro una botella suya no tengo duda en pillarla. Le Rouzé es algo así entre un rouge y un rosé, 80% de cabernet franc vinificado como un tinto al que luego se añade el 20% de cabernet sauvignon vinificado como un rosé, dando más bien un tinto fino y afrutado. Para beberlo sin compasión.


Otra dirección interesante por la zona es la del bistrot-caviste Le Vin au Vert, en la rue Dunkerque. No tardaremos en visitarlo.

Le Grand 8 (18ème)


En un lateral de la Sacré Coeur, rue Lamarck, encontramos un bistrot donde bien manger et bien boire. Inaugurado hace 7 años. Algunas de las mesas tienen bonitas vistas a los tejados de Montmartre y a París. Conviene reservar.

Nos pusimos las botas cenando aquí y disfrutamos de un vino delicioso, luego bajamos paseando hasta el apartamento del Marais. Observando la carta de vinos me había fijado en un principio en un vino de Gérald Outric, C'est important, variedad portant, del Domaine du Mazel, Ardèche, pero al ver La Griotte 2010 del Domaine des Griottes me decidí por éste. El sommelier y propietario, Kamel, me avisó de que se trataba de un vin très, très nature. Eso me atrajo todavía más. ¡Adelante con ese cabernet franc! Servido en decantador, resultó delicioso, nariz perfumada, taninos suaves en boca. Muy bueno.


En la añada 2010 del Domaine des Griottes todavía trabajaban juntos Patrick Desplats y Sébastien Dervieux (Pat y Babass) en la zona del Loira, en Anjou, y al igual que ahora por separado no utilizaban ni un miligramo de SO2.

Montmartre, lleno de turistas en los alrededores de la basílica, conserva aún algunas calles con aspecto de barrio o de pequeño pueblo con encanto, como la rue Saint-Vincent, donde además encontramos el viñedo de Montmartre.

De cualquier forma, mi recomendación para iniciar un recorrido por Montmartre es comenzar subiendo por las escaleras en caracol y paredes con murales de la boca de metro de Abbesses, la estación situada a mayor profundidad, línea 12.


París es famosa también por sus mercados, de alimentación, de flores o de antigüedades. Muy popular es el Marché de la Bastille, el de Mouffetard, el Marché aux Enfants Rouges, Marché Raspail o el de la Place d'Aligre, uno de mis preferidos. Una visita que no nos podemos perder es el Marché aux Puces (de las pulgas), conocido como el mercado de su tipo más grande del mundo. Localizado lejos del centro, más allá de Montmartre, ocupa 10 hectáreas, siendo en realidad un complejo de varios mercados: Paul Bert, Vernaison, Antica, Biron... En él encontramos todo tipo de objetos, desde antiguas revistas hasta ropa, antigüedades y muebles. Abre sábados, domingos y lunes. Métro ligne 4, Porte de Clignancourt.


Hasta aquí nuestra última estancia en esta bella ciudad. Me faltaron por visitar algunas direcciones apuntadas, cuestión de tiempo. En otra ocasión será: Le Vin au Vert (9ème), Coinstot Vino (2ème), Retro' Bottega (11ème), Amarante (12ème), Le Siffleur des Ballons (12ème), Le Châteaubriand (11ème), Heimat (1er), La Grande Crèmerie (6ème), Frenchie Bar (2ème), Bar à Vins AT (5ème), Clown (11ème), Le Jeu de Quilles (14ème), Les Caves de Reuilly (12ème), Le Repaire des Cartouches (11ème), Au Passage (11ème), Le Mary Celeste (3ème), La Cave à Michel (10ème), Le Galopin (10ème), Clamato (11ème), Le Lapin Blanc (20ème)... Más los que se me olvidan en estos momentos, más aquellos interesantes que abran de aquí a mi próxima visita.

Para un aficionado al vino y en concreto al vino natural, París es una delicia, docenas y docenas de lugares donde disfrutar, ello conlleva también buen pan, buena comida y buen todo. ¡París no te lo acabas!

Vicente

2 comentarios:

  1. Fue un viaje inolvidable pero lo mejor de todo fue visitar todos estos lugares en tu compañía.

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